La ecologista Marina Silva aprendió a leer y a escribir después de
los 16 años. Fue recolectora de caucho en la Amazonia, empleada
doméstica, novicia, sindicalista, senadora y ministra. En cinco semanas,
podría convertirse en la primera presidenta negra y evangélica de
Brasil.
Esta mujer menuda de 56 años, de piel morena y con su
cabello recogido siempre en un moño, pelea desde pequeña contra la
adversidad tras nacer en la pobreza y sobrevivir a tres hepatitis, cinco
malarias y una enfermedad cutánea llamada leishmaniasis.
Ahora
lucha por arrebatarle la presidencia a Dilma Rousseff (PT, Partido de
los Trabajadores, izquierda) en las elecciones de octubre, y las
encuestas la dan ganadora en segunda vuelta.
Maria Osmarina Silva
Vaz de Lima, candidata inesperada a la Presidencia tras la muerte de su
compañero de fórmula Eduardo Campos, del Partido Socialista, en un
accidente aéreo el 13 de agosto, nació en febrero de 1958 en la
comunidad Breu Velho, en el estado amazónico de Acre (norte).
Tuvo
diez hermanos de los cuales tres fallecieron. Con los que quedaron,
creció entre recolectores de caucho, saliendo desde temprano a realizar
cortes en las cortezas de los árboles y luego recoger el látex que se
acumulaba.
Hoy, es una ferviente defensora de valorar los recursos
naturales y el desarrollo sustentable, captando la simpatía de los
jóvenes.
"Con Marina hay dos factores: el emocional, tras la
muerte de Campos, y el racional, que está captando votos de indecisos,
que eran muchos, y de evangélicos", dijo a la AFP André Cesar, analista
de la consultora Prospectiva.
- Evangélica de Estado laico -
Alguna
vez estuvo a punto de ser monja católica y hoy es una ferviente
evangélica. Pese a sus devociones, defiende el Estado laico que en
Brasil rige desde 1988.
"Tenemos que dejar claro que, si Marina
vence, Brasil no va a sufrir un retroceso oscurantista. Marina es
abierta, culta, y la convicción de ella es un Estado laico", aseguró a
la prensa Mauricio Rands, uno de los coordinadores de su campaña.
En 2010 se declaró contraria al aborto, aunque dijo estar dispuesta a que el asunto se decida en plebiscito.
Marina,
que está casada y tiene cuatro hijos (dos de un anterior matrimonio),
también se opone a la legalización de las drogas, la investigación con
células madre y los matrimonios entre personas del mismo sexo. Pero ha
aclarado que considera una "injusticia que, cuando dos personas
constituyen una vida junta, una de ellas pueda perder el patrimonio
común".
- De casi monja a casi presidenta -
Marina
Silva ha prometido ser la primera presidente "pobre y negra" de Brasil,
donde un 51% de la población es negra o mulata. Algunos analistas la
llaman "Lula con faldas", comparándola con el expresidente Luiz Inacio
Lula da Silva (2003-2010), un exobrero metalúrgico que también fue
alfabetizado a los 14 años.
En su adolescencia, buscando
tratamiento a su primera hepatitis viajó a Rio Branco, capital de Acre,
donde también ingresó a un programa de alfabetización y se enroló en un
convento católico. Luego se graduaría como profesora de Historia.
En
Acre conoció a la Teología de la Liberación e hizo un curso de
liderazgo sindical rural, que dictaba el líder de recolectores de
caucho, Chico Mendes.
Dejó el convento y se integró en la lucha de
Mendes, participando en la resistencia pacífica contra la
deforestación, junto con recolectores y sus familias. Con Chico fundó la
Central Única de Trabajadores en Acre, y trabajó a su lado hasta el
asesinato de éste en 1988.
Ya en las filas del PT, fue concejal
en Rio Branco y en 1994 se convirtió en la senadora más joven de la
historia del país, con 36 años, y fue reelecta en 2002.
En cuanto
Lula asumió la presidencia en 2003, la nombró ministra del Medio
Ambiente, cargo bajo el cual redujo las tasas de deforestación
amazónica. Pero la ecologista dejó el PT en el 2009, y aseguró éste
tenía una idea de crecimiento económico basada en la destrucción de los
recursos naturales y enriquecimiento a cualquier costo.
En las
presidenciales de 2010, Silva ya fue una revelación con el minúsculo
Partido Verde, al terminar como la tercera candidata más votada y
cosechar casi 20% de los votos.
Hoy, los mercados financieros y
empresarios la miran con atención. "El mercado prefiere a Marina porque
tiene una reacción alérgica a Dilma y al PT. Como parece tener
condiciones más claras, el mercado está sustituyendo sus preferencias y
dejando de lado a Aecio Neves a quien prefería inicialmente", comentó a
la AFP André Perfeito, economista de Gradual Investimentos.