La líder humanitaria argentina, Estela Carlotto, y Hortensia Ardua
desconocían hasta esta semana que eran abuelas del mismo bebé robado
durante la dictadura (1976-1983) y celebraron este viernes como un éxito
de todos los argentinos su identificación 36 años después.
"Cuando
la veía a Estela, soñaba con encontrar, algún día, a mi nieto", dijo
Hortensia, de 91 años, a Radio Del Plata al evocar la lucha de la
presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo cuando no conocía aún que tenían
un nieto en común.
Ambas eran maestras de escuela primaria cuando
perdieron a sus hijos militantes de la guerrilla Montoneros y buscaron a
un nieto del que supieron que existía por los testimonios de
sobrevivientes que compartieron celdas con sus hijos.
La abuela
Hortensia, en el anonimato de su vida en la provincia patagónica de San
Cruz, rogó porque la famosa Carlotto también hallara a su nieto.
"Ahora
entiendo por qué mi hija se enamoró de tu hijo", le devolvió Estela, de
83 años, en un cruce telefónico entre ambas que se conocerán este
viernes cuando Guido sea presentado en una conferencia de prensa en la
sede de la entidad humanitaria a las 18H00 GMT.
Sus hijos, Laura y
Oscar, eran pareja sin que sus familias lo supieran y engendraron un
niño poco antes de ser secuestrados y asesinados por el régimen que
entregó luego sus cuerpos a sus respectivas familias.
El niño, que
Laura llamó Guido, fue arrancado de brazos de su madre cinco horas
después de nacer en un centro clandestino de la dictadura y entregado a
unos campesinos que lo criaron en Olavarría, 350 km al sur de Buenos
Aires.
Estudios de ADN a los que el joven se sometió en forma
voluntaria determinaron su identidad el martes pasado para convertirlo
en el nieto 114 recuperado sobre un total estimado de 500 personas que
fueron robadas al nacer por la dictadura.
Este viernes en la
mañana, la cuenta de Twitter de Ignacio Hurban, el nieto recuperado con
el nombre de Guido Montoya Carlotto, estrenó una foto colgada por él que
dice "Gracias, muchas gracias", y en la que aparece el músico abrazando
a su abuela Carlotto.